Su hocico exhalo un ultimo aliento cargado de un llanto que parecía carecer y al mismo tiempo contener toda la fuerza que su alma podía conservar, por su sangre viajaba un pasajero que la invitaba a callar, a calmar sus dolores, a dormir un sueño eterno… ella perdió la vida que poco a poco un cáncer le arrebataba, sin ningún dolor, tal ves sin ni siquiera saberlo, tal ves creyendo que era otro tratamiento, tal ves esperando volverme a ver luego de tal procedimiento.
Sus ojos permanecieron abiertos, no mostraban dolor ni muerte, con un último vistazo en ellos los cerré para luego dar un beso en su hocico y una última caricia por su cuerpo cubierto de una cabellera blanca. Una lagrima paso por mi mejilla, un sentimiento de tristeza se hizo presente, una impotencia rondo toda mi alma… Podría haber hecho yo alguna otra cosa? Algo mas para conservar su vida y también alejarla del dolor de su cuerpo?, Nunca sabre la respuesta, nunca sabre si mi decisión fue realmente correcta, sus ojos me dijeron “cúrame” pero realmente nadie me enseño a curar, ni nunca podría haberlo aprendido, pues como hombre no puedo detener el paso del tiempo ni aligerar el peso de una enfermedad.
Hace cuatro semanas su partida dejo un vacío que nadie mas podrá llenar, puedo decir que se intento lo humanamente posible, pero lo posible para el hombre es algo demasiado reducido, nos da miedo ser humanos, nos da miedo ser nosotros mismos, vivimos en un cuerpo acatando normas éticas y morales, pero de esta forma nunca sabremos lo que realmente es la vida, y si nunca comprendemos que es la vida, como comprender lo que es la muerte.
Según se dice hay un puente entre la tierra de los muertos y la tierra de los vivos, le llaman el puente del arco iris, algún día tarde o temprano cruzare por aquel puente, se que llegado el momento ella me estará esperando para cruzar juntos a la tierra de los muertos.
